Entrevista a Elen Irazabal: ¿Qué papel juegan los abogados en la transformación digital de la abogacía?
Que la digitalización y transformación digital de la abogacía está a la orden del día es una realidad que no podemos negar. Son muchos los abogados que se cuestionan si será necesaria su formación en tecnología para estar a la altura de las nuevas exigencias que demanda el sector. Y no sólo eso, sino que se plantean si los conocimientos más básicos en tecnología serán suficientes o deberían aprender otras competencias. Para este artículo hemos entrevistado a Elen Irazabal, abogada y docente de ciencias de la computación. ¡No te pierdas el artículo!
El incremento tecnológico en el sector legal: transformación digital de la abogacía
La digitalización se ha convertido en la clave prioritaria para las empresas de todos los sectores y tamaños en los últimos años. Así lo indica el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales 2020 elaborado por la Comisión Europea.
Esto ha adquirido una importancia aún mayor en el contexto de la reciente crisis sanitaria, que ha demostrado hasta qué punto las tecnologías digitales se han vuelto esenciales. Por ello, todos los sectores se están viendo abocados a tener que adaptarse a la revolución digital que estamos viviendo. Incluido el sector legal, que ya ha empezado a ser consciente de la importancia de implementar tecnología para ser más eficiente.
En concreto, el 63% de los despachos de abogados esperan que sus inversiones en tecnología aumenten en los próximos tres años y en torno al 50-80% de las asesorías jurídicas se van a automatizar, según apunta el informe Abogado del futuro (2021) de Wolters Kluwer. Algunas de las tecnologías que ya se vienen aplicando en el sector legal son principalmente la firma electrónica, la automatización de documentos y contratos, CRM de gestión, Inteligencia Artificial (IA) y Blockchain.
Sin embargo, una de las barreras de la implementación del sistema tecnológico en los despachos de abogados es la falta de conocimiento tecnológico y aptitudes de TI entre su personal. Perfiles que, a pesar de ello, desde el sector legal se van demandando cada vez más.
Abogados legaltech: ¿deben los abogados tener formación en tecnología?
“Lo que está pasando es que hay un discurso de decir que el futuro está en tecnología y que, sin duda, está calando. El futuro está ahí y el de la abogacía indudablemente está ahí también”, explica Elen Irazabal. Ella es abogada de profesión, docente para juristas en ciencias de la computación y co-organizadora de R-Ladies en Madrid, una comunidad de programación en la que promueven la programación con R.
Un viaje a la India, las inconsistencias del sector jurídico y el inicio del Big Data fue lo que llevó a Irazabal a pensar que la tecnología iba a tener un poder de transformación social mucho mayor que cualquier organismo político. Por ello, decidió volver a su universidad, pero esta vez no a la facultad de derecho, sino a la facultad de ingeniería para aprender a programar.
El elevado tiempo que destinaban los abogados cada vez que tenían que estudiar un nuevo caso, tanto en la búsqueda de artículos, como de sentencias en el CENDOJ, le hizo darse cuenta de que había muchas cosas en el sector que se podían mejorar. Algo a lo que, comenta Irazabal, se podía dar solución con Inteligencia Artificial, análisis masivos de textos jurídicos, nuevos buscadores, etc. Eso, sumado a la falta de un espacio en que los abogados pudieran aprender ciencias de la computación, fue lo que le llevó a fundar Advocatus AI, donde actualmente enseña a abogados a programar.
“Un abogado no tiene por qué aprender a programar, sino más bien el objetivo es entender la lógica que la subyace. Yo más que programar digo entender lógica. Una habilidad que a mí me parece esencial es saber buscar en Google, no cosas jurídicas, sino cosas técnicas. Aprendes a que aunque a ti no te hace falta programar en tu vida diaria, si tienes un día un error de instalación sepas buscarlo. Esa autonomía y verte capaz de hacerlo es impagable. Por eso digo que no es tanto la programación, sino lo que la envuelve (…) Simplemente que los abogados tengan cierta competencia para hacer mejor su trabajo”, explica Irazabal.
Las formaciones tecnológicas en el sector legal
“Yo no puedo asegurar que todos los abogados deban tener formación en tecnología, yo lo que puedo decir es que los abogados que se dediquen a tecnología sin duda deben tenerla”, cuenta Irazabal.
“El problema es que las formaciones en tecnología en el sector legal van muy orientadas a aplicaciones o sectores: blockchain, IA, ciberseguridad, protección de datos, fintech, insurtech y, en realidad, ‘el core’ de la tecnología sigue siendo lo de siempre: cómo funciona Internet, la lógica, cómo funciona un ordenador” añade Irazabal e insiste en la importancia de programar para entender la base tecnológica.
Hay muchas formaciones que se centran en conceptos jurídicos de la tecnología, pero lo que falta, detalla Irazabal, es información técnica adaptada al sector jurídico. “Tener cierta base lógica es importantísima. La lógica computacional de cómo va tomando decisiones una máquina y por qué da errores”. Algo que, asegura Irazabal, no conlleva mucho tiempo ni tiene un gran coste.
La visión de los abogados hacia la transformación digital de la abogacía
Ella tiene muy claro la respuesta que le daría a todos aquellos abogados reticentes a la tecnología y que piensan que no pueden confiar algo tan importante como la justicia a la Inteligencia Artificial.
“Cuando alguien dice que hay un sesgo en una IA le diría que la mayoría, por no decir todas, tienen sesgos de los humanos. ¿Estamos mejor o peor con IA? Infinitamente mejor. La IA no va a decidir a no ser que la programemos que decida. La queremos utilizar para que nos facilite el trabajo. El juez también tiene sesgos, a la IA le podemos corregir esos sesgos, esta es la distinción que yo hago. Creo que es mucho más difícil eliminar los sesgos en los humanos que en un modelo de IA. Me refiero a que dejemos el estigma de el robot que decide sustituyendo el juez. Podemos pedirle a la IA que haga análisis masivos y puede funcionar bien”.
El principal problema, asegura Irazabal, es que muchos abogados creen que aprender tecnología no van con ellos, sino que es una obligación que tienen porque ahora mismo es lo que se lleva. “Los habrá que se queden con que les sirve saber enviar cuatro correos, saber usar Microsoft Office, saber que hay distintas funcionalidades que pueden buscar en Google y ya está, pero que al menos la visión que tengan de la tecnología no sea negativa. Yo creo que para mí está ahí el quid de la cuestión”.
Al respecto de lo que comenta Elen Irazabal, y para finalizar, añadimos lo que comentó Dirk Hartung en el webinar organizado por derechopractico.es sobre si los abogados tienen que aprender a escribir código: “No se trata de enseñar un software, sino de entender cómo funciona la tecnología. No se trata de aprender código para convertirse en desarrollador, sino para entender cómo funciona la tecnología y realizar tu trabajo bien”.
Y tú, ¿crees que los abogados deberían estar formados en tecnología?
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