Las nuevas tecnologías están cambiando todos los aspectos de nuestra vida, y la justicia no es una excepción. Hoy en día, existen herramientas y aplicaciones jurídicas que pueden ayudar a mejorar la administración de justicia y hacerla más eficiente. Ahora bien, ¿estamos utilizando todo su potencial?
En este artículo hablaremos sobre algunas de estas herramientas y cómo pueden beneficiar a la justicia, así como algunos ejemplos de inteligencia artificial en la justicia. ¡Esperamos que este artículo te sea de utilidad!
La Administración de Justicia y nuevas tecnologías
Es indudable que la digitalización de la justicia trae consigo muchos beneficios, pero quizás uno de los más importantes es la inteligencia artificial (IA). Ésta puede procesar grandes cantidades de datos y encontrar patrones que podrían pasar desapercibidos para algunos jueces y magistrados, haciendo así más eficaz su trabajo.
En España, el sector judicial lleva un retraso considerable en cuanto a la implementación de de la tecnología comparado con otros países. Sin embargo, en la actualidad se está trabajando en un proyecto de ley con la finalidad de mejorar la eficiencia digital del servicio público de Justicia. Este proyecto, según sus promotores, pretende mejorar los procesos en la administración de justicia y la calidad de las resoluciones judiciales, entre otras cuestiones. En junio está previsto que se presenten las conclusiones y en las que adelantan que las nuevas tecnologías son la respuesta a los problemas derivados de la lentitud de la justicia.
En cualquier caso es indudable que es necesario la implementación de la tecnología para mejorar los procesos judiciales (legaltech), así que, a continuación, exponemos algunas propuestas para agilizar la justicia mediante el uso de tecnología.
Ejemplos de algunas propuestas para agilizar la justicia con las nuevas tecnologías
Agilizar las notificaciones a las partes
Una manera en la que la tecnología podría ser útil para la justicia sería agilizando las notificaciones a las partes en un procedimiento judicial. Es decir, que se pueda llevar a cabo una citación con antelación y no haya retrasos en el proceso.
Ahora mismo no existe una solución que ponga fin a estos retrasos injustificados de notificación a las partes, pues este trámite demora de media el procedimiento entre 15 y 30 días si resulta positiva. Si por el contrario, la primera notificación es negativa, podemos estar hablando de una demora de 2 meses.
Una posible solución sería utilizar un sistema parecido al que utiliza la Agencia Tributaria, haciendo llegar las notificaciones mediante sms o correo electrónico.
Pues bien, mediante la digitalización de la justicia podríamos agilizar todo el proceso y optimizar el tiempo.
Creación de expedientes digitales
Otra solución que podría llevarse a cabo mediante la digitalización de la justicia sería la creación de expedientes digitales. De este modo, mejoraríamos la interlocución y acceso a la justicia por parte de los profesionales que interactuamos con ella.
El objetivo es facilitar el acceso a la información de los procesos judiciales para que, de forma ágil y sencilla, se pueda acceder a todos los documentos y resoluciones de un procedimiento.
Nos consta que actualmente se está trabajando en ello. Aun así, es una mejora que consideramos no puede demorarse más tiempo, pues hoy en día existen tecnologías que permiten la implementación de este sistema garantizando los derechos de los intervinientes.
Admisión a trámite de las demandas de forma automática
La admisión a trámite del procedimiento en todas las jurisdicciones es también un embudo que demora sustancialmente los procesos. El plazo de media desde que se presenta una demanda hasta que se reparte en un juzgado y se admite es de un mes.
Una aliado ideal para agilizar este trámite sería mediante el uso de inteligencia artificial. No estamos hablando de un trámite crítico, sino todo lo contrario. La admisión a trámite de una demanda se produce, principalmente, si se cumple unos requisitos formales.
Estos requisitos formales podrían ser revisados mediante inteligencia artificial de forma prácticamente instantánea. Existen herramientas y soluciones que fácilmente podrían ayudar en este punto.
Por ejemplo, en países como Argentina, desde 2017, se aplica el programa Prometea, un sistema de asistencia virtual para la redacción de documentos judiciales. Éste permite, mediante IA, aceptar a trámite una querella o demanda en tres minutos.
El uso de la inteligencia artificial en otros países
Tal y como acabamos de comentar, ya son varios los países que cuentan con aplicaciones de la Inteligencia Artificial en el ámbito de la justicia, como Argentina.
Otro ejemplo es China, que ha creado el primer juez robot dotado de IA. Este juez robot dicta un total de 97% de decisiones correctas. Entre sus muchas capacidades cabe señalar que este robot es capaz de: dictar veredictos sobre robo y dictaminar sobre el fraude con tarjetas de crédito.
Por otro lado, otro ejemplo de inteligencia artificial en las empresas, son algunos despachos de EEUU. Estos están recurriendo al uso de la IA para contratar a personal. Para ello, utilizan herramientas especializadas en la aplicación de algoritmos en procesos de selección a fin de encontrar candidatos distintos a los que ya cuentan.
También en EEUU, la startup Casetext ha creado un «robot abogado» que es capaz de leer sentencias judiciales y ofrecer consejos sobre casos similares. Según explica Andrew Arruda, cofundador de la empresa, el objetivo es que este robot pueda asesorar tanto a abogados, como a sus clientes.
Conclusión sobre la justicia y nuevas tecnologías
En conclusión, las nuevas tecnologías pueden ayudar a la administración de justicia de varias maneras. Desde la creación de «robot abogados» y «jueces robot» capaces de asesorar a profesionales y particulares, hasta el uso de blockchain para garantizar la transparencia en contratos. Se trata, sin duda, de un área en constante evolución que está cambiando la forma en que se administra justicia.
Aún queda mucho por hacer para mejorar la eficiencia y transparencia del sistema, pero lo que sí que podemos apreciar es que algunas de estas aplicaciones jurídicas reducirán, con creces, el trabajo de muchos abogados, jueces y fiscales.
En cualquier caso, estamos ante una realidad que no podemos ignorar y que deberíamos aprovechar para estar a la vanguardia de este cambio e incluso liderarlo.
La justicia es un pilar fundamental de nuestra sociedad y debe ser pionera en el avance de la implementación de las nuevas tecnologías.
¿Qué opinas tú? ¿Crees que las nuevas tecnologías pueden ayudarnos a mejorar la administración de justicia? Comparte tu opinión en los comentarios.
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